UNA SOCIEDAD QUE SE LLAMA A SÍ MISMA CIVILIZADA NO DEBE PERMITIR ESTE TIPO DE ABERRACIONES...EL SILENCIO ES LA VOZ DE LA COMPLICIDAD...

¿Quién es en realidad el monstruo?...
El pasado 27 de junio de 2009, un vecina nos ponía sobre aviso de un perro que llevaba años encerrado en un cuarto oscuro y sin ventilación, y posiblemente paralítico.
Pertenecía a un alcohólico que lo había tenido malviviendo en una azotea desde cachorro. Al año y medio de vida, el perro se tiró a la calle dos veces, y de la segunda vez quedó mal de las patas traseras, pero lo que lo metieron para adentro y ya está; ahí se quedó, completamente solo para el resto de su vida en el suelo de un cuarto maloliente y oscuro, helado en invierno y abrasador en verano, incomunicado, sin volver a ver la luz ni tener contacto con nadie.
Qué largas y desesperantes se le han tenido que hacer las horas durante tantos años de secuestro... Las aberraciones que pueden llegar a cometer algunos humanos con los animales...
Por fin el 21 de Julio de 2009, gracias a la colaboración de ASANDA, que hizo llegar una denuncia al Ayto. de Dos Hermanas, y a la diligente intervención de la Policía Local y la Delegación de Sanidad del Ayuntamiento de Dos Hermanas, pudimos rescatarlo del infierno al que lo habían condenado.
Raitán, que así es como lo hemos llamado, no parece ser afortunadamente demasiado viejo todavía (tal vez ocho años), y una vez liberado de la pesada carga que llevaba alrededor de todo el cuerpo y que le impedía moverse, le hemos visto apoyar las cuatro patas e incluso mover un poco el rabo. Tiene la piel muy rara, como de arena, de no haberle respirado en años, pero se recuperará (otra cosa serán las secuelas psíquicas).
Esperemos que la resolución de este triste caso sirva al menos para que más personas se animen a denunciar el maltrato hacia los animales, aunque se trate de maltrato por dejación. Lo pueden hacer interponiendo una denuncia en la Policía Local o presentando un escrito en el Registro de su Ayuntamiento, e insistiendo en el seguimiento de esa denuncia o instancia.

Una sociedad que se llama a sí misma civilizada no debe permitir este tipo de aberraciones; el silencio es la voz de la complicidad y siempre favorece al maltratador, nunca a la víctima.

El silencio y la indiferencia pueden resultar mortales para nuestros amigos animales y para el planeta, y para los humanos...

No debemos olvidar que la mayoría de las veces somos nosotros los intrusos en el territorio de los animales, no ellos. Y muchos animales sufren cada día alguno de nuestros desastres. En cierto sentido, la Tierra forma parte de una especie de “experimento” no controlado en el que cada uno de nosotros tiene su papel. En marzo de 2010 yo circulaba con mi furgoneta por una calle de Madrid. Estaba cogiendo el desvío hacia la autopista M 30 cuando vi a una paloma que no podía volar porque tenía un ala dañada, rápidamente y sin pensarlo pare a un lado de la calzada y la cogí, no fue fácil dada las circunstancias del lugar donde estábamos ( se que fue una locura parar allí pero si no lo hubiera hecho ahora no estaría nada tranquilo). Cuando la cogí la lleve conmigo y la cure sus heridas, después de unos días la solté en la montaña, donde espero que su vida sea mas fácil... Las zonas rurales son muy peligrosas para algunos pobres animales como palomas, gatos (etc) que mueren la mayor parte de las veces atropellados. Pero muchas aves se enganchan la cabeza con los plásticos que envuelven las botellas y otros animales también sufren a causa de la basura que la gente deja tirada en las zonas de acampada, mares, ríos y lagos. No son sólo los propios seres humanos los que estamos por todas partes, si no también la basura que producimos. Algunos, aunque seguro que no todos.
No estamos solos en el planeta, aunque a veces nos comportemos como si lo estuviésemos. Nuestros grandes cerebros, de evolución lenta, deben enfrentarse a nuevos y cambiantes entornos socioculturales, y éstos son los que de alguna forma nos mantienen en contacto con la naturaleza, aunque también nos alejan de ella; es esta alienación la que provoca los des enfrenados abusos a los que sometemos al planeta. Nos enfrentamos constantemente con decisiones difíciles que debemos tomar y a menudo con elecciones atroces que tienen consecuencias a corto y largo plazo. Pero debemos observar los efectos globales que tienen nuestras actividades, porque nuestra influencia no resulta siempre evidente, ni si quiera a corto plazo. Por ejemplo, el calentamiento global parece estar teniendo un impacto en el número de primates que habita en Etiopía además de una gran cantidad de mamíferos, las aves también sufren las consecuencias del calentamiento climático...El maltrato y la matanza de animales continúa, pero debemos hacer que se oigan nuestras protestas. Necesitamos a los animales y nos encariñamos con ellos porque son seres que sienten, no porque sean “objetos” . Merecen nuestro respeto y consideración para que sus vidas no se vean en peligro a causa nuestros comportamientos egoístas.
(No debemos tener miedo de que nos tachen de sentimentales o disculparnos por ser idealistas). Quizá parezca inútil por el momento, pero cuanta más y más gente se opongan al maltrato animal y a la explotación de nuestro entorno, más se beneficiarán nuestros hijos. Debemos mantener la esperanza de que si construimos una ética universal de valentía, respeto, preocupación, afecto, compasión y cariño, conseguiremos cambiar la situación. Debemos apartar a un lado las frustraciones y los insultos personales, puesto que las recompensas tangibles no suelen aparecer inmediatamente después del activismo a favor de los animales y la Tierra.
También debemos confiar profundamente en que la voz y las acciones de cada individuo aislado cuentan, porque así es. Martin Luther King junior dijo en cierta ocasión: “Llega el momento en el que el silencio es una traición”. Tenía razón: el silencio y la indiferencia pueden resultar mortales para nuestros amigos animales y para el planeta, y para los humanos...